martes, 7 de febrero de 2012

Reflexión sobre el inicio del matrimonio y la convivencia

EL INICIO DE UNA FAMILIA


Diego Jara Sánchez


Dedicado a mi gran amigo Gerardo, a quien deseo que sea muy feliz al igual que muchas personas que seguirán su camino.

Cuando se une la pareja para hacer una vida en común, no solo se juntan dos personas, sino dos complejos sistemas familiares.


Gerardo te casas, y más de una persona te ha dicho no te cases, otros te dijeron de una vez cásate, este tipo de informaciones ambiguas y contradictorias incentivan la incertidumbre. Pero desmitifiquemos lo que dicen algunas personas, para hablar sobre lo que significa de verdad el nuevo proceso de inicio de una familia.

 Pasar de una etapa de la vida  a otra genera crisis,   esto se superará como un proceso normal de adaptación. Por eso pasar de la soltería a la convivencia implicará un proceso de cambio y ajuste que será todo un reto para la pareja.

 Si recuerdan todos los que ya se han casado, hubo momentos en el proceso de enamoramiento y noviazgo muy ricos de carga afectiva y significativa que nunca se olvidarán y que quedarán como huella imborrable en cada historia personal. Pasar de esto al matrimonio o a la convivencia implica pasar a otra forma de organización y no solo me refiero a roles sino también a la economía y proyección personal.

Cuando eran enamorados quizá no fusionaban sus recursos económicos, cada uno vivía en su casa, se veían de vez en cuando, aun seguían algunas normas de la casa de origen, pero todo este complejo de relaciones cambiará cuando los dos junten sus familias.

Un gran error que cometen las personas al casarse es no conversar de cómo será la vida en familia, muchos se casan pensando que cuando lo hagan todo será hermoso y el mundo será color de rosa, incluso piensan que solo el amor resolverá todo lo que se espere de la vida, y la verdad esto no es así. Hay incluso parejas que juran que su pareja ya le leyó el pensamiento de lo que espera en la vida familiar, les cuento algunos casos: resulta que esta pareja no conversó sobre como será cuando se casen, la esposa no quiere tener hijos por lo menos dentro de cuatro años y el novio se casó pensando que ni bien vivan juntos  tendrá hijos, incluso cada tres años hasta completar 3 hijos. Observe una vez que una pareja después del matrimonio, recién se  dan cuenta que la esposa pensaba en trabajar toda la vida y el esposo pensaba que cuando se casen ella ya no trabajará y se dedicará a los hijos y esto ocurre porque no conversaron de sus expectativas futuras.

Cuando ya son una familia, empiezan las discusiones por los pareceres, esto se pudo haber resuelto conversando antes y poniéndose de acuerdo previamente. Antes de casarse o empezar a convivir se debió haber tratado y acordado cuantos hijos tener, como se unirán las metas personales y familiares, cómo será el lugar donde vivirán, cómo se organizarán económicamente, cómo se distribuirán los roles cuando los hijos nazcan. Si esto no se conversa lo más probable es que traiga discusiones y frustraciones, pues por la ilusión se esperaba otra cosa de la pareja.

Una vez iniciada la familia, sea por matrimonio o quizá por convivencia, la vida cambia, pues hace unos días quizá en la casa de tus padres llegabas a la hora que querías, salías con los amigos y amigas en cualquier momento, no tenían la responsabilidad de cuidar a otros sino solamente a ti y a tu familia directa, ahora están los dos, y una cosa es vivir como joven soltero y otra muy distinta es vivir de a dos y será otra muy distinta vivir de a tres cuando nazca el hijo.


Al inicio comentábamos que no se casan dos personas, sino dos complejos sistemas familiares, es decir cada uno representa a su familia su historia, costumbres, relaciones, defectos y atributos. Ahora empieza el periodo de ajuste y adaptación, pues cada persona trae conductas distintas, te comentaré como entran en disonancia estas dos personas: resulta a la esposa durante toda su vida le han enseñado en su casa que dentro del hogar no se arrastran las pantuflas en la noche, se almuerza sin ver la televisión, el dentífrico se agarra de abajo y no de cualquier lado, que solo se mira televisión hasta las once de la noche pero el esposo justo trae estas conductas, pues arrastra las pantuflas, almuerza mirando la televisión,  apretaba como sea el dentífrico, y todo lo demás, nunca lo vio como malo en su casa y su esposa es quien le corrige luego que más de 20 años nadie le dijo algo al respecto.


Incluso parece hasta curioso saber que el tintineo liberador masculino que deja gotitas de urea en el piso del baño puede ser motivo del reclamo de la esposa, pues cuando vivió en  casa de sus padres ningún varón hacia eso y vaya sorpresa ahora su pareja lo hace.


Igual pasa con el esposo en su casa le gusta archivar periódicos durante años, prende el televisor con alto volumen, su mamá le ayudaba  a planchar la ropa, sin embargo su esposa no sabe planchar ni cocinar, no le gusta almacenar papeles en casa y no acepta que la televisión este prendida con un alto volumen. Estos pequeños detalles son el iniciador de varias discusiones, pues en el proceso de adaptación se van a dar.


Cuando esto pase se debe conversar, se debe buscar un espacio íntimo de la pareja para plantear sus observaciones sobre lo que le parece y en que no esta de acuerdo, pero luego que cada uno hable, se sienta escuchado; los dos deben tener la disposición para ceder, es decir no se hará lo que el  esposo dice o lo que la esposa dice, sino que se hará lo que acuerden mutuamente, no necesariamente lo que solo uno disponga. En el matrimonio yo no puedo pensar solo por mí, tengo que pensar en el bien de los dos y de la familia. Este es un punto muy álgido dentro de muchas familias, pues muchas veces uno solo quiere dirigir, quiere que se haga su voluntad, sin embargo no se percata que ahora ya no es uno sino que son dos personas que forman una familia, y si una de las personas no cede y se enterca pensando  que así es mejor, a la larga resulta frustrante, pues la vida familiar debe enriquecer la vida personal de cada una de los miembros. Este nivel de comunicación se debe alcanzar para solucionar conflictos, pues la vida en adelante será un complejo de alegrías y discrepancias en torno un nuevo proyecto familiar, pues una buena dinámica familiar se reflejará en los nuevos hombres que continuarán la historia para un nuevo tiempo.

Con mucho cariño tu amigo

Diego

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